¡Qué onda, gente curiosa y de fe! Si alguna vez te has echado una mano de póker, le has apostado a la quiniela o le has metido un billete a la lotería, a lo mejor te ha picado la curiosidad: «Apuestas en la Biblia: ¿Qué versículo lo menciona?» Es una pregunta bien interesante, porque la Biblia es la guía de vida para millones de personas, y uno podría pensar que, si es un tema tan común hoy, ¡debe venir por ahí!

La neta es que, si buscas la palabra «apuestas» o «casino» tal cual en la Biblia, no la vas a encontrar. ¡No había casinos como los de hoy en día! Pero eso no significa que no haya principios y pasajes que nos den una idea de cómo se veía el rollo de la suerte, el azar y la búsqueda de la riqueza fácil. Aquí te vamos a desenredar este misterio, ¡ponte trucha!


La Biblia y el Concepto de «Suerte» o «Azar»: Echar Suertes

Aunque no se mencionan las apuestas modernas, la Biblia sí habla de «echar suertes». ¿Qué significa esto?

  • Era una práctica común en la antigüedad para tomar decisiones o resolver disputas cuando no había otra forma de hacerlo. Era como un «volado» divino.
  • Se usaba para:
    • Distribuir tierras: Como cuando Josué dividió la tierra prometida entre las tribus de Israel (Números 26:55).
    • Identificar culpables: Un ejemplo famoso es cuando se echó suertes para identificar a Jonás como el causante de la tormenta (Jonás 1:7).
    • Elegir personas para tareas: Como cuando se eligió a Matías para reemplazar a Judas entre los apóstoles (Hechos 1:26).

El versículo clave que menciona directamente el echar suertes es Proverbios 16:33:

«La suerte se echa en el regazo, pero toda su decisión es del Señor.» (Reina-Valera 1960)

Este versículo es superimportante porque, aunque reconoce la existencia del «echar suertes» (lo que hoy veríamos como azar), le da el control final a Dios. Es decir, incluso en un acto de aleatoriedad, se creía que la voluntad divina tenía la última palabra.

¿Y qué onda con la «ambición» y la «riqueza rápida»?

Si bien la Biblia no condena el acto de «echar suertes» per se (cuando se hacía con un propósito específico y con la bendición de Dios), sí hay principios muy claros que van en contra de la mentalidad que a veces acompaña a las apuestas modernas:

  1. Advertencia contra la codicia y el amor al dinero:
    • 1 Timoteo 6:10: «Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.» Este versículo advierte sobre el peligro de hacer del dinero el centro de la vida.
    • Proverbios 28:20b-22: «El que se apresura a enriquecerse no quedará impune. Es malo ser avaro; el avaro se apresura a enriquecerse y no sabe que la pobreza le sobrevendrá.» Aquí se desaconseja la prisa por obtener riquezas.
  2. Énfasis en el trabajo duro y la diligencia:
    • Proverbios 13:11: «Las riquezas de vanidad disminuyen; pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta.» Se valora el esfuerzo y el trabajo constante sobre las ganancias fáciles.
    • 2 Tesalonicenses 3:10: «Porque también cuando estábamos con ustedes, les mandábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.» Se promueve la responsabilidad y el trabajo.
  3. Priorizar la confianza en Dios sobre las riquezas terrenales:
    • Mateo 6:24: «Ninguno puede servir a dos señores… No pueden servir a Dios y a las riquezas.» Se enfoca en dónde debe estar nuestra verdadera confianza.

Conclusión: La Biblia te invita a la reflexión, no a la apuesta desmedida

Así que, si buscas un versículo que te diga «ve y apuesta en el casino», no lo vas a encontrar. La Biblia fue escrita en un contexto diferente y no se refiere directamente a los juegos de azar como los conocemos hoy.

Sin embargo, a través del pasaje de Proverbios 16:33, sí nos da una idea de que el azar existe, pero con una visión de la soberanía divina. Y, lo más importante, los principios bíblicos nos invitan a reflexionar sobre:

  • La avaricia y el amor al dinero: Cuidado con que la búsqueda de la riqueza se convierta en una obsesión.
  • La importancia del trabajo y la responsabilidad: No busques atajos para hacerte rico.
  • La confianza en Dios: No pongas tu esperanza solo en el dinero o la suerte.


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